Realmente, ¿tenemos explicación para todo lo que sucede en un juego de béisbol? Sí, la mayoría de las veces intentamos explicar cómo y por qué suceden diferentes eventos, apoyándonos sobre todo en las probabilidades estadísticas.
Sin embargo, sabemos que la naturaleza del juego rompe todos los pronósticos, la constancia que ilustra cada tendencia e, incluso, hace añicos las probabilidades que parecen más confiables.
Sí, a veces sólo podemos decir… ¡Béisbol! Simplemente béisbol. Y entre las incontables reproducciones de esa frase, comenzamos este jueves con otra razón para sorprendernos: La increíble coincidencia histórica, 35 años después, de los números registrados por dos de los novatos más impactantes en la historia de los Rangers de Texas.
Por supuesto, estoy haciendo referencia a Pete Incaviglia (1986) y Adolis García (2021). Dos outfielder, dos sluggers que debutaron con suficiente habilidad como para imponer el poder de sus muñecas a través de los “resultados verdaderos”. Quizás a usted también le sucedió, porque las probabilidades no son difíciles de detectar para quienes manejamos datos diariamente. Cuando terminó la jornada de este miércoles, los registros históricos de Pete Incaviglia y Adolis García se encontraron en un punto que rozó más allá de una coincidencia numérica:
Pete: 606 PAs, 30 HR & 88 RBIs en 1986
Adolis: 606 PAs, 30 HR & 88 RBIs en 2021
En verdad, me quité mis lentos y tuve que frotar los cristales con un pañuelo para intentar enfocar mejor mi mirada sobre el reporte exclusivo de Baseball-Reference. Y sí, no era un espejismo, señoras y señores. Era, como hemos repetido y repetiremos cada día, la magia del béisbol, trazando dos líneas de tiempo tan similares como auténticas en su máxima expresión.
Pete, había terminado su temporada récord con los Rangers de 1986, registrando 606 apariciones en home durante 153 partidos:
Y, cuando el sol salió este jueves y sus rayos entraron por la ventana de mi pequeña oficina en casa, 35 septiembres después, era oficial que Adolis García también había fijado 606 viajes por el plato en 145 juegos este año.
Habitualmente, te diría que intento ser cuidadoso cuando utilizo el término de “increíble” en determinados contextos, pero esta vez era justo decirlo, ¿verdad?
De John Kennedy (7 HR) y Mike Brumley (2 HR) en 1964, los primeros novatos de los Rangers de Texas con al menos 400 visitas al plato en una temporada, a Dave Hostetler y sus 22 jonrones en 1982… a Pete Incaviglia y los 30 que implantaron un nuevo récord cuatro años después… a Mark Teixeira que se quedó con 26 vuelacercas en 2003… a Adolis García, quien empató la marca para novatos este año: Sólo 36 bateadores en la historia de la franquicia han calificado con las suficientes oportunidades para imponer su potencial.
Y lo más significativo entre todos, si creemos en la magia del béisbol, ha sido ver cómo 35 años después, el juego nos permitió entrar en un sorprendente “Campo de Sueños” para disfrutar un capítulo especial en la temporada de 100 derrotas de los Rangers: Pete vs. Adolis. El pasado vs. El presente. La historia hecha vs. La una historia improbable que el talento convirtió en realidad.
Así sucedió hasta este jueves, justo donde los “Dioses del Béisbol” parecían tan emocionados como nosotros, cuando vieron golpear a Adolis García la 31ra exposición de su swing en 2021, un jonrón de 403-ft que lo convirtió en el hombre récord de los Rangers de Texas:
Si me preguntas, no sé realmente cuántas veces he visto el batazo de “El Bombi”, que se encargó de erosionar las honorables rúbricas de Incaviglia, reescribiendo una nueva marca calificada de 31 HR & 90 RBIs para novatos de los Rangers. Lo que sí puedo asegurar, es cada razón que orgullosamente me llevó a extasiarme viendo otro electrizante bambinazo de “El Bombi” por el rightfield del Globe Life Field: En primer lugar, soy cubano. Y estoy seguro de que si eres cubano, probablemente también hayas disfrutado del récord como si fueras el protagonista.
Cuando Adolis golpeó la pelota, en esos pocos segundos entre mis múltiples reproducciones, vinieron recuerdos a mi mente de cuando se convirtió en una promesa desde que vistió el traje de los Tigres de Ciego de Ávila.
La primera vez que lo vi jugar, casi una década antes de impactar como “El Bombi” de los Rangers en las Mayores, el talento de José Adolis García Arrieta captó mi atención. Su brazo estaba dotado con un poder especial y, unido a su mezcla de habilidades como fildeador, el complemento se hacía notar aún más.
Su velocidad de piernas devoraba los tramos entre bases al mismo ritmo que su swing se empeñaba en golpear con furia, comenzando a ofrecer destellos de poder. Luego lo conocí mientras cubría la I Serie Nacional Sub-23 en 2014, y cuando tienes la oportunidad de apreciar a un jugador más allá de su comportamiento dentro del campo, hayas explicación para muchas dudas. Y el caso de Adolis fue realmente especial, porque su humildad siempre ha estado sobre el nivel de sus virtudes como pelotero desde aquellos primeros pasos, cuando soñaba en grande.
Obviamente, Adolis García, a los 28 años, no está ni a la mitad de lo que podría demostrar su capacidad física si logra extender más ajustes para el futuro. Después de este gran año donde ha dado el salto definitivo a la élite de MLB, exhibiendo el show de su mejor juego, “El Bombi” deberá enfrentarse al reto de mantener la consistencia.
También tendrá que lidiar con el peso de atraer la atención en una ciudad donde la fanaticada necesita recuperar el entusiasmo y las esperanzas de ver al equipo progresar. Y, sobre todo, al impacto de una larga temporada donde el nivel de exigencia va más allá del deporte, compitiendo entre los principales exponentes del béisbol profesional.
Hace seis meses, cuando todos estos logros parecían inalcanzables, vi algo especial en Adolis García. Algo más que sus ajustes, el resurgir con fuerza de un rayo de entusiasmo, derivado en su enfoque y plena confianza. Cuando los Rangers lo subieron al roster principal tras la lesión de Ronald Guzmán, me lancé a escribir cada uno de sus capítulos con la seguridad de que era el momento de Adolis García.
Algunos de mis amigos me pidieron calma, motivados por la diferencia entre el Adolis que se ponchaba y pegaba descomunales jonrones en Triple-A, pero luego su swing parecía indefenso cuando lo subían a las Mayores. Ni siquiera acudí a los números, simplemente porque en ellos no estaría mi punto de inflexión. Todo se resumía a la aptitud de Adolis y, en gran medida, a la rapidez con que fuera capaz de encontrar un poco de confianza.
Y así comenzó esta impresionante temporada de 2021, entre deslizamientos salvajes, atrapadas de leyenda, jonrones que parecían detener el tiempo en Texas, Ciego de Ávila y buena parte de Cuba, demostrando que el talento casi siempre se impone.
Adolis García lo logró. Es el nuevo líder histórico en jonrones (31) y RBIs (90) para novatos de los Rangers de Texas, una noticia que aún parece increíble si recordamos en qué contexto estaba el pasado 13 de abril.
Pero sucedió, y ahora podemos contar lo importante que ha sido apreciar nuestro escenario favorito desde cualquier lugar, porque existe el… ¡béisbol!
(Foto: Adolis García/Getty Images)