“Riesgo… Grave”…
…el título de esa grandiosa imagen captada por el lente de Ricardo López Hevia, estelarísimo fotorreportero del periódico Granma, nos sugiere exactamente la situación que viven los Leones de la Capital en esta Final de la 62 Serie Nacional del Béisbol Cubano.
Por octavo juego consecutivo en estos playoffs —y 15to desde el pasado 23 de mayo—, los Leñadores de Las Tunas lograron el éxito en casa, venciendo a Industriales por 4-3 durante la noche de este lunes en el Juego 2 de la Final. Bateo oportuno y otra disertación del bullpen fueron claves una vez más en la remontada de los Leñadores dirigidos por Abeisy Pantoja.
Durante los primeros dos tercios del juego, los Leones de la Capital rugieron con ventaja por 3-1, luego de anotar un rally de dos carreras en el primer inning —aunque el doble de Oscar Valdés parecía fildeable por el rightfielder Héctor Castillo—, y una más en la parte alta del tercero. El diestro Raymond Figueredo lanzó una joya de pitcheo en seis entradas, pero el bullpen de los Azules no pudo contener las afiladas hachas de los Leñadores. El séptimo, como en el Juego 1, volvía a ser el inning de la suerte para los tuneros, quienes dictaron sentencia con un rally de tres carreras.
Así pues, como sugiere el titular: los Industriales atraviesan un “riesgo” definitivamente “grave” tras caer abajo por 2-0 ante los imbatibles Leñadores de Las Tunas. ¿La esperanza de los Azules por el momento? Sí, intentar una reacción a partir del próximo jueves tras su regreso a casa en el estadio Latinoamericano.
Lección No. 5: Sin la eficiencia del bullpen no hay garantía de éxito
Bullpen. Sí, esa es la razón por la que los Leñadores de Las Tunas están a un 50% de ganar su segundo título en la historia. Y, por supuesto, también buena parte del resultado que llevó a los Industriales hasta esta Final tras ganar dos series al máximo de siete juegos. Pero antes de llegar al desenlace de los matchups que definieron el Juego 2 durante la noche de este lunes, te invito a hojear un poco de contexto. Bien, usualmente hablamos de cómo ha cambiado el béisbol nacional e internacionalmente. A día de hoy, las maratones de abridores completando juego se han extinguido. Ha sido un proceso. Y, bueno, como me sucedió, tal vez te sorprendas al saber cuándo comenzó a expandirse.
Esta fue mi pregunta durante la mitad del Juego 2 mientras el novato zurdo Eliander Bravo y el diestro Raymond Figueredo trazaban sus respectivas líneas de dominio antes de entregarle la pelota a los relevistas: ¿Qué cantidad de lanzadores han logrado al menos dos juegos completos e igual número de victorias en postemporada durante, digamos, la última década? Solo uno. Sí, ¡uno!: Carlos Juan Viera, el as de los Leñadores que no pudo ser activado para esta Final ante Industriales.
Viera logró la hazaña tras cerrar con marca de 2-1 y dos juegos completos durante tres aperturas en los playoffs de la 60 Serie Nacional. Para entonces, había sido el único lanzador con dichas marcas desde Vladimir García (5-0, seis aperturas, con cuatro juegos completos) y Yander Guevara (3-4, seis aperturas, con tres juegos completos) en la postemporada de 2012, cuando guiaron a los Tigres hasta su primer título en Series Nacionales.
El resultado es contundente: al menos en la última década de postemporada, el bullpen ha sido una de las claves decisivas para tener éxito. También hemos podido apreciar ese impacto en los dos equipos finalistas este año:
—Las Tunas: 7 de 10, 70% de las victorias en estos playoffs han sido registradas por los relevistas
—Industriales: 4 de 8, 50% de las victorias en estos playoffs han sido registradas por los relevistas
Y, por supuesto, entre esas decisiones están las dos de esta Final:
Ganadores: Rodolfo Díaz y Kenier Ferráz
Perdedores: Frank Herrera y Rafael Perdomo
En los dos primeros juegos de esta Final, Industriales ha llegado con la posibilidad de que sus relevistas tomen el control del partido, pero no lo han logrado. Ambos colapsos llegaron en el séptimo inning: durante el Juego 1, Frank Herrera no pudo mantener el empate 2-2, y este lunes Rafael Perdomo cargó con la derrota, tras desperdiciar ventaja por 3-1.
Lección No. 4: ¡Adiós a las armas!
No se trata solo en el caso de Industriales, cualquier equipo que pretenda ofrecerle resistencia a los Leñadores, difícilmente logre ganar con apenas tres carreras como apoyo ofensivo. ¿Qué dicen los números?
Rivales eliminados por los Leñadores en esta postemporada:
-Tigres de Ciego de Ávila en Cuartos de Final: 2.8 carreras anotadas por juego, perdieron por barrida 0-4.
-Cocodrilos de Matanzas en Semifinal: 2.8 carreras por juego, 2 victorias y 4 derrotas.
De no poder reaccionar, lo cual parece difícil con las ausencias de Yasmany Tomás y Ariel Hechevarría a la ofensiva, el próximo equipo en la lista podría ser Industriales esta misma semana. Los Leones han anotado cinco carreras en dos juegos, mientras los Leñadores suman 11, con .447 OBP en sus primeros 77 viajes por el plato.
Este porcentaje define no solo el dominio ofensivo de los Leñadores, sino parte de lo que pudieran lograr: en el 48% de sus apariciones al plato, los bateadores han encontrado como mínimo un corredor en posición anotadora. ¿Industriales? Prácticamente la mitad, solo 25%. En el Juego 1, la tanda del primero al quinto bates se fue de 15-0 por los Azules. En el Juego 2 este lunes, la entrega de outs fue de 13-0 entre los bateadores ubicados del sexto al noveno turno, con cuatro ponches.
Después de un inicio acechante, con tres carreras en el primer tercio, los bateadores de los Leones no consiguieron más hits hasta el octavo. Ambos fueron sencillos de Santoya, para remolcar a Jorge Enrique Alomá en el tercer inning, y luego un cañonazo al right en la parte alta del octavo después de dos outs. Salvo ese paréntesis de éxitos en el contacto, ¡adiós a las armas!
Lección No. 3: Keniel veraz
Verás, no pocos nos hicimos esa pregunta: el zurdo Eliander Bravo había dominado a ocho bateadores en fila y, cuando terminó el inicio del quinto, tenía solo 85 pitcheos. El último out que sacó fue para dominar por tercera vez en la noche al tercer bate de los Leones, Yosvany Peñalver, quien cedió un rodado endeble al box. Pero he aquí las tres razones por las que el manager Abeisy Pantoja volvió a acertar en su apertura del Bullpenning:
1) Eliander Bravo ya había enfrentado par de veces al lineup de los Leones, con dos innings complicados: el primero y el tercero, siempre después de dos outs. Sus cinco entradas cumplían parte de las expectativas.
2) Abriendo inning, le entregaba la bola a Keniel Ferráz, uno de sus relevistas situacionales más eficientes durante toda esta postemporada.
3) Ferráz enfrentaría a la tanda de derechos encabezada por el cuarto bate Yasiel Santoya, seguido de Oscar Valdés, quienes conectaron dos de los batazos más contundentes contra Bravo.
Pantoja fue fiel a su estrategia y Ferráz protagonizó otro eficaz relevo de entradas múltiples, registrando tres innings donde admitió un solitario sencillo contra 11 oponentes. Un solo corredor le llegó a posición anotadora, precisamente Santoya, quien bateó sencillo al right con dos outs en el inicio del octavo, y avanzó a la intermedia por wild pitch. En el noveno episodio, entró Alberto Pablo Civil, para apuntarse su 19no salvamento de la temporada. Con su quinto éxito en seis relevos y 0.81 de efectividad, el sorprendente dominio de Ferraz sigue tomando categoría, al punto de ubicarse entre varios ases que han hecho historia en playoffs:
Lanzadores con al menos 5 victorias y menos de 1.00 ERA en una postemporada:
2013: Freddy Asiel Álvarez, 5-0 y 0.00 ERA
2023: Keniel Ferraz, 5-0 y 0.81 ERA
1998: José Ariel Contreras, 5-0 y 0.86 ERA
¡Keniel ha sido absolutamente veraz sobre el box!, y creo que de solo estar en ese Top-3 junto a Freddy Asiel y Contreras es suficiente para ponderar su admirable actuación con los Leñadores.
Lección No. 2: Pérdidas de comando en el ‘lucky seven’
He visto múltiples veces el lanzamiento de Perdomo en cuenta de 1-2 contra el leadoff de los Leñadores, Héctor Castillo, luego de entrar al plato con corredores en primera y segunda durante el final del séptimo inning. La curveball de Perdomo hizo una gran rotación, pero se alejó de la esquina interna, y el mascoteo de Oscar Valdés no la pudo salvar.
De cualquier manera, son detalles y riesgos situacionales en el juego de béisbol que los protagonistas deben superar. Strike o no, luego, Perdomo volvió a lanzar su pitcheo rompiente contra Castillo, quien volvió a sobrevivir madero en mano: dio un paso hacia adelante en el cajón de bateo, y golpeó un sencillo de fly a lo corto del center que envió al plato a Rafael Viñales.
El bate de Castillo se quebró al instante, porque realizó el contacto lejos de la maceta. Sin embargo, aun así, le bastó para poner el score 3-2. Tal vez Castillo ganó esa batalla cuando dio el paso para golpear la curveball antes de que se escabullera por la esquina interior. No obstante, la pregunta aquí es si un segundo pitcheo rompiente en la misma zona sobresalía como la estrategia a seguir. Castillo estaba en dos strikes y usualmente su swing ha sido vulnerable contra las bolas rápidas altas, tanto adentro como hacia la esquina exterior.
Lanzarle en zonas bajas y pegadas es arriesgado, entre muchas razones, porque Castillo ha sido un softbolista brillante, que suele golpear con soltura en las zonas bajas. Pero ese fue solo el último desliz de comando que Perdomo cometió durante el exigido lucky seven del Juego 2: anteriormente, entregó una bola rápida baja que Rafael Viñales envió hacia los confines del center-right, donde Yosvany Peñalver parecía llegar a tiempo, pero no logró capturar el elevado tras saltar en último momento.*
*Durante el Juego 1, uno de los fallos más determinantes fue la curveball que lanzó Reemberto Barreto en cuenta de 1-1 contra Denis Peña en el séptimo inning, quien conectó un doble remolcador de dos carreras. En toda la noche, Peña había fallado cuatro de sus siete swings contra bolas rápidas que oscilaron entre las 84 y 90 mph.
Luego, Perdomo no insistió con su bola rápida alta (pegada), y Dailier Peña conectó un sencillo de línea al center golpeando un cambio de velocidad en la zona baja exterior. Esta vez, la ejecución no le funcionó a Perdomo, y tres fallos de comando, su principal arma como lanzador, le abrió las puertas del éxito a los Leñadores durante la remontada en el lucky seven. Así es el béisbol: la joya de pitcheo de Raymond Figueredo no pudo ser defendida, después de retar a los implacables Leñadores y colgarles cinco ceros consecutivos (del segundo al sexto innings).
Lección No. 1: ¡Otra vez, Danel Castro!
Es la magia del béisbol, ¿verdad?, que produce todos esos grandes momentos para enormes bateadores, y uno de ellos fue, una vez más, para el veterano de 47 años, Danel Castro. Durante toda la noche, “La Pantera” de Manatí había sido silenciado por el ímpetu de Raymond Figueredo, quien le propinó par de ponches y luego lo dominó para cerrar el quinto dejando a dos corredores en posición anotadora. Aun así, Danel tenía otra oportunidad. Sabía que había dejado a cuatro corredores esperando remolque en toda la noche. En total, registraba de 24-4 en situaciones de clutch, pero llegó el gran turno durante el final del séptimo inning. Yunior Otero se sacrificó con un toque capturado por el lanzador Frank Herrera, y los corredores se movieron a segunda y tercera. Mientras Danel era anunciado por la amplificación local, hubo murmullos y comentarios sobre si lo pasarían intencionalmente o no. El manager de Industriales, Guillermo Carmona, apostó por retar al veterano de 47 años.
Herrera comenzó el turno con par de bolas rápidas pegadas, una bien penetrante casi a los ojos de Danel, quien dejó pasar el pitcheo. Y, al segundo envío, conectó un foul atrás, con el cual se lamentó. Bien pegado al home en el cajón de bateo, Danel pellizcó de foul una slider hacia la esquina exterior; la cuenta ascendía a 1-2.
Situacionalmente, Herrera tenía la ventaja en el conteo, y volvió a repetir la slider afuera, pero esta vez Danel estaba preparado. Extendió sus manos y, ¡no lo perdonó!: golpeó una línea a lo corto del center, suficiente para enviar al plato dos carreras que dieron vuelco al marcador, 4-3.
A la hora buena, prevaleció la experiencia del Rey en hits del béisbol cubano, un bateador forjado con inigualable estirpe para definir este tipo de momentos claves. La ventaja por 4-3 era de solo una carrera, pero la fanaticada que colmó el estadio Julio Antonio Mella sabía que con los Leñadores esa estocada sería suficiente.
Y así fue.
¡Otra vez decidió Danel!