“¡Se va!... ¡Se va!... ¡Se va!”... coreaban los fanáticos de los Leones de la capital, mientras el primer relevista de las Avispas, el zurdo Jaime Pelegrín, era sustituido por el diestro Osvaldo Acuña.
Industriales tenía las bases llenas.
Las impetuosas Avispas de Santiago de Cuba estaban ganando por 7-2, a cinco outs de forzar el Juego 6 de esta Semifinal contra los Leones. Eran las 8:40 de la noche y la fanaticada estaba expectante en el majestuoso estadio Latinoamericano de La Habana. Buena parte de ellos, se pusieron de pie cuando fue anunciado el cuarto bate de Industriales, Yasmany Tomás.
La expectativa tanto del bando azul como el rojo, los fieles seguidores de las Avispas, era razonable: con desventaja de cinco carreras, en el más ideal de los escenarios posibles para los Leones, un Grand Slam de Tomás habría puesto el score 7-6. Sin embargo, Acuña fue el protagonista del momento: tiró una slider hacia la esquina baja-afuera en cuenta de 0-2, y Tomás no pudo hacer más que buscar el contacto. Bateó un bounce al guante del propio Acuña, quien no logró controlar la conexión en un primer instante, pero le dio tiempo a poner out a Tomás en primera.
Una vez más, la alta tasa de rodados (86%) volvió a ser tendencia en los batazos recibidos por Acuña, y Santiago de Cuba lograba un out que puso el inning a punto de mate. Los Azules anotaron una carrera más por wild pitch de Acuña cuando le tiró la cuarta bola a Yasiel Santoya, y luego Oscar Valdés entregó el tercer out con un bounce al short.
Santiago de Cuba 7, Industriales 4: la diferencia era de tres carreras, pero en realidad, el cierre del octavo capítulo se sintió como la última gran oportunidad ofensiva de los Azules en el Juego 5. Del inning con bases llenas y un out, los Leones sacaron solo dos rugidos. El jonrón soñado de Tomás aún no llega, aunque la sequía de Industriales ha sido colectiva al golpear la Teammate en esta Semifinal: registran 194 apariciones al plato y 75 elevados sin vuelacercas.
Para las Avispas, la explosión en el segundo inning del abridor de Industriales, Reemberto Barreto, fue uno de los momentos claves. Y, luego, el ataque frente al novato sensación Rafael Orlando Perdomo, quien soportó cinco carreras, siete hits y nueve embasados en 4 ¹/₃ innings. Perdomo relevó a Marcos Ortega, a quien se le embasaron cuatro de los seis oponentes que enfrentó, y dominó a sus primeros cuatro rivales. Sin embargo, el “Talismán” de los Leones fue atacado entre el quinto y sexto inning. Eso sí, dos de las carreras del cuarto fueron provocadas por un error en fildeo del intermedista Yamil Rivalta abriendo entrada.
Al final, esas dos carreras inmerecidas y la anotación de Maikol Poll en el séptimo, después de dos outs, fueron decisivas en el éxito por 7-4 de las Avispas santiagueras durante la noche del viernes en el Juego 5 de la Semifinal. De principio a fin, Santiago de Cuba jugó agresivo en las bases, buscando embasar corredores y fabricar carreras. La disciplina en el plato fue un factor determinante para que las Avispas seleccionaran los mejores pitcheos, en un partido donde el staff de los Leones les obsequió siete bases por bolas. Trece imparables y siete boletos suman 20 embasados, una considerable cantidad de corredores hábiles volando sobre las almohadillas del Coloso del Cerro.
Las Avispas extendieron su productividad por todas las tandas del orden ofensivo. Los titulares se embasaron y, contando al emergente Luis Orlando Veranes, quien conectó un elevado de sacrificio en el quinto inning, en todos los turnos del lineup indómito hubo bateadores con al menos una carrera producida:
1) José Luis Gutiérrez: bateó de 6-3, se robó una base y remolcó una carrera.
2) Francisco Martínez: se embasó tres veces, registrando par de boletos y un hit oportuno que remolcó a Poll en el inicio del séptimo con dos outs.
3) Yoelquis Guibert: bateó de 4-1, pero entró en bases cuatro veces, contando una jugada de selección en el primer inning, donde Santoya cometió error en tiro a la intermedia. Dos entradas después, tomó un boleto y anotó desde tercera en un roundup donde pusieron out a Carlos Monier entre primera y segunda. En el quinto, se embasó por error de Rivalta, siempre presionando por su velocidad al correr de home a primera. Y, en el sexto, llevó a tercera a Martínez con un sencillo bestial de línea al right —detenida por Yosvany Peñalver—, acción clave a la ofensiva que permitió la anotación por un elevado de sacrificio de Osday Silva.
4) Osday Silva: registró noche de 4-1, pero anotó en el quinto luego de resurgir en dos strikes y conectar doble de línea al left contra Rafael Perdomo. Un capítulo más tarde, Silva volvió a hacer su trabajo: conectó una línea de sacrificio al center que envió al plato a “Paqui” Martínez. En 22 apariciones a la caja de bateo, Osday ha remolcado al 44% de los (nueve) corredores encontrados en posición anotadora contra Industriales en esta Semifinal.
5) Carlos Monier: bateó de 4-1, y anotó una carrera deslizándose para escaparse del tiro al plato de Alberto Calderón, recibido por el cátcher Oscar Valdés. La jugada fue desafiada en el video, pero el safe era evidente y no hubo cambios.
6) Dasiel Sevila: se fue de 5-2 y registró su primera impulsada contra el pitcheo de los Azules en 22 apariciones al plato durante esta Semifinal. Con el sencillo al left que remolcó a Guibert en el inicio del quinto, Sevila rompió una cadena de 6-0 con corredores en posición anotadora.
7) Marlon Serrano: conectó de 3-1 y anotó la primera carrera de Santiago de Cuba, remolcado por sencillo al right de Gutiérrez después de dos outs en el segundo inning.
8) El emergente Luis Orlando Veranes, quien bateó por Orrely Ribeaux en el inicio del quinto, se apuntó una remolcada con elevado de sacrificio.
9) Maikol Poll: bateó de 4-2, se embasó tres veces (sumó un boleto) y anotó la carrera del séptimo, también después de dos outs.
Contra un lineup que ha robado 21 bases en 26 intentos, para un 81% de efectividad en 11 juegos —nuevo récord histórico para un equipo en playoffs—, el staff de pitcheo y la defensa que no puedan ser consistentes tendrán irremediables problemas. Como es obvio, cada robo deriva en una potencial carrera, ubicando corredor en posición anotadora. Si a eso le sumamos que la mayoría de los corredores santiagueros son rápidos en las bases, el plan estratégico ideal para neutralizarlos es limitar sus bolas puestas en juego. Otro punto decisivo aquí, es evitar que el primer bateador de la entrada se embase.
Este viernes en el Juego 5, las Avispas anotaron cuatro de las siete carreras en las únicas dos entradas donde embasaron a su primer bateador, ambas cuando abrió inning Yoelquis Guibert en el tercero (negoció boleto) y el quinto (se embasó por error). Y, si a esa tendencia le sumamos que el lineup santiaguero logró fabricar par de carreras después de dos outs, el escenario no podía ser diferente al carreraje del Juego 5.
Después de abrir la temporada sin victorias en cinco Series Nacionales, la apertura del diestro Wilber Reyna contra Industriales trascenderá como uno de los momentos más memorables de su carrera. Las Avispas lo respaldaron, y Reyna lanzó 7 ¹/₃ innings donde admitió solo seis sencillos y cuatro carreras, dos de ellas limpias. Ponchó a un solo bateador, Alberto Calderón, su primer oponente del juego, y no concedió bases por bolas.
El apoyo ofensivo siempre suele ser vital y más en desafíos de eliminación bajo la presión de los playoffs, pero Reyna merece todo el crédito por su dominio. ¿Dónde estuvo la clave?: exterminó a la tanda del tercero al sexto bates de los Leones, quienes se fueron de 14-0 con seis rodados al infield. Los únicos bateadores que pudieron conectarle con soltura a Reyna fueron Alberto Calderón (3-2 con dos anotadas), Juan Carlos Torriente (4-3), quien remolcó la carrera del empate 2-2 en el final de la tercera entrada, y Ariel Hechevarría (4-2), conectando dos sencillos dentro del infield.
La mejor noticia para Industriales es que aún tiene la ventaja por 3-2. ¿El gran reto? Buscar la clasificación a la Final como visitantes contra las Avispas en el estadio Guillermón Moncada, quienes lucharán por otra remontada histórica a ritmo de conga, como lo hicieron durante sus dos éxitos donde retumbó el “É ahora, É ahora”, en el Coloso del Cerro.