Lázaro Fernández no podía creerlo. Cuando el intermedista y quinto bate de los Gallos de Sancti Spíritus golpeó la bola rápida de 89 mph lanzada por Juan Xavier Peñalver, al primer impacto parecía que la línea entre right y center cargaba todas las probabilidades posibles de ser hit.
Con dos outs y los Gallos perdiendo por 5-4, el batazo de Fernández puso de pie a los fanáticos en el estadio José Antonio Huelga, pero una colosal atrapada de Yosvany Peñalver convirtió la soberana línea en un sensacional out 27.
Peñalver partió decidido corriendo hacia su derecha ante la sólida conexión —siempre complicada cuando es producida por un bateador derecho hacia su lado opuesto— sin perder la lectura del batazo. Sabía que la única posibilidad de evitar el empate era devorar la línea. Con corredores en las esquinas y dos outs, si la conexión picaba y se extendía, probablemente hubiesen ganado los Gallos. Pero “El Indomable” de los Azules lució su destreza y realizó el engarce lanzándose en el momento justo para protagonizar un final espectacular que decidió el éxito de Industriales este lunes en el Juego 7 del playoff de Cuartos de Final en la 62 Serie Nacional del Béisbol Cubano.
“Si me preguntan cómo pasó, ¡ni idea! Solo sé que esa bola no podía tocar el suelo”, escribió Peñalver después del partido en su grupo de Fans en Facebook. “Qué orgullo de mis compañeros, todos los que están aquí y los que están afuera, el cuerpo y alma lo dejamos en el estadio José Antonio Huelga. Mi respeto para los Gallos, se batieron duro, duro... A la afición, gracias. El reto sigue. Dios es grande”.
La conexión de Lázaro Fernández terminó trascendiendo como la amenaza final de los Gallos espirituanos, quienes no pudieron anotar carreras en las últimas tres entradas contra el bullpen de los Leones. Después de empatar el juego en dos ocasiones durante el tercer inning (2-2) y el quinto (3-3) contra el novato Rafael Orlando Perdomo*, los Gallos tomaron la ventaja por 4-3 en el final del sexto capítulo.
*Horas antes del Juego 7, Perdomo, quien valientemente había pedido la pelota para abrir por los Azules en busca de la clasificación a la Semifinal, fue anunciado como Novato del Año en esta 62 Serie Nacional. Su actuación con marca de 8-0, un salvamento y 2.94 de efectividad en 22 relevos durante la temporada regular, fue una de las razones por las que Industriales clasificó a la postemporada. Y, luego, su derroche de coraje lo ha hecho ver como un consagrado en este playoff: Antes del Juego 7, se había apuntado dos de los tres éxitos de Industriales, avanzando 14 ¹/₃ innings donde propinó 10 ponches y fijó 1.88 ERA. Perdomo, con tan solo 19 años, prácticamente ha triplicado las entradas del diestro Marcos Ortega, actual titular de la rotación de abridores, quien acumula apenas 5 ¹/₃ IP sin ponches contra 30 oponentes de los Gallos en tres aperturas.
Perdomo está haciendo historia en esta postemporada, y lo que más me sigue impresionando es su estirpe natural como lanzador: no escatima en retar a sus rivales y tirar strikes, ni abriendo inning, ni con bases llenas. Su mejor arma sobre la lomita es el "strike", y sin una velocidad imponente, obtiene outs porque posee la principal habilidad que podría desarrollar un lanzador: el comando. Más que números, el impacto de sus actuaciones hablan por sí solas.
Par de pifias fueron fatales luego de dos outs: error en fildeo de Juan Carlos Torriente en la antesala sobre conexión del leadoff Rodolexis Moreno, y un tiro desviado al plato de Alberto Calderón tras sencillo de Yunier Mendoza, que no pudo evitar la anotación de Yadiel Guerra.
Con Frederich Cepeda entrando a la caja de bateo, el manager de los Leones, Guillermo Carmona, sustituyó al abridor Rafael Perdomo —fue relevista durante la temporada regular—, quien terminó la primera apertura de su carrera con 86 lanzamientos en 5 ⅔ innings. El diestro Frank Herrera asumió el reto y ponchó a Cepeda en cuenta de 3-2, un turno al bate que resultó clave para los Gallos, quienes no pudieron anotar carreras durante las últimas tres entradas. Herrera retiró el séptimo inning en fila, con par de ponches, para registrar 12 strikeouts en 6 ¹/₃ durante este playoff.
Los Azules empataron el score 4-4 contra el relevista Yanielquis Duardo en la parte alta del octavo por error del antesalista Ronaldo Pérez, toque de sacrificio de Alberto Calderón, y oportuno sencillo al left del emergente Walter Abreu, quien envió al plato a Yoasán Guillén —había corrido por Juan Carlos Torriente—. Carmona activó a Juan Xavier Peñalver en el final del octavo episodio, buscando mantener el score bajo control, y el cerrador de los Leones propinó tres strikeouts.
Luego de esos dos ceros, Industriales anotó la carrera decisiva en el inicio del noveno. Jorge Enrique Alomá, que entró al plato promediando apenas .080 (25-2) en este playoff, abrió la entrada con doble a lo profundo del centerfield. Acto seguido, el manager de los Gallos, Lázaro Martínez, realizó un movimiento estratégico arriesgado, pero razonable: mandó a lanzar boleto intencional contra Yosvany Peñalver, para que Duardo enfrentara al cuarto bate Yasmany Tomás. ¿Lo arriesgado? Obviamente, un swing de Tomás que pudiera producir una conexión hacia los callejones del outfield o un poco más allá.
¿La probabilidad más sensata?: Tomás ha estado bien lejos de ser el MVP que trituró a los lanzadores en la Liga Arco Mexicana del Pacífico en la temporada 2022-23: promediaba para .200 y había dejado a siete de los ocho corredores encontrados en posición anotadora durante 32 viajes por el plato en esta postemporada. ¿Peñalver?: deshilaba la endeble pelota Teammate para average de .538 en la misma situación.
El resultado fue ideal. Duardo dibujó una bola rápida de 87 mph en la esquina exterior, Tomás buscó el contacto y bateó el rodado perfecto para doble play, conexión fuerte y de frente justo a la ubicación del segunda base Lázaro Fernández, mientras Alomá avanzó hasta la tercera almohadilla.
Dos tercios del inning estaban resueltos, y Martínez mandó a Yasiel Santoya rumbo a la inicial con otra base intencional. El béisbol volvía a ser tan veleidoso, que el lineup de los Leones dio la vuelta y, después de varias imprecisiones defensivas, el cátcher Oscar Valdés tenía la oportunidad de redimirse madero en mano. Sin embargo, no hubo duelo alguno: Duardo tiró un wild pitch que fue imposible de bloquear por el cátcher Yadiel Guerra, y Alomá entró en carrera con la ventaja para los Leones, 5-4.
Duardo dominó a Calderón y pudo cerrar la entrada sin admitir más anotaciones, completando un gran esfuerzo con extenso relevo de 4 ¹/₃ innings, donde tiró más de 50 pitcheos, pero no pudo evitar la carrera que marcó la diferencia a favor de Industriales. Al final, el Juego 7 fue un reflejo de la serie entre Leones y Gallos: abridores que explotaron en menos de un tercio—esta vez el zurdo Alex Guerra no pudo dominar a los Azules—, múltiples errores tanto físicos como mentales, donde influyó la presión e inexperiencia en juegos de playoffs, evidenciado descontrol de los lanzadores y deficiente bateo de clutch.
Sancti Spíritus dejó a 10 corredores en bases, e Industriales a 12, y se cometieron cinco errores combinados, tres y dos, respectivamente. Las pifias le costaron una carrera a los Gallos y dos a los Leones. Cada error fue decisivo en el resultado final, pero el gran peso siempre resuena en la ofensiva. Tal vez la inmensa fanaticada de los Gallos que se dio cita en el estadio José Antonio Huelga esté recordando cada momento crucial del juego: el cero de Perdomo con bases llenas durante el segundo inning… el elevado a segunda de Daniel de Jesús González también con los ángulos congestionados en el quinto… o el ponche de Herrera a Cepeda durante el lucky seven.
Cualquiera de esos swings pudo haber cambiado la historia, pero así es el juego de béisbol. Ganó Industriales, como solía suceder cuando se convirtieron en la pesadilla de los Gallos durante la década de 2000*, ese mismo equipo que no celebraba el éxito en una serie de playoff desde 2012.
*Durante la década de 2000, Industriales eliminó cuatro veces de cinco playoffs a Sancti Spíritus, y en tres ocasiones lograron ganar el título, dos bajo el mando de Rey Vicente Anglada (2004 y 2006), y en 2010 dirigidos por Germán Mesa. El triunfo por 5-4 es el segundo de los Leones en igual número de batallas contra los Gallos en Juegos 7 de postemporada. A su vez, Industriales estará de regreso a las Semifinales desde que fueron barridos 3-0 por los Toros de Camagüey en enero de 2020. De hecho, el éxito contra los Gallos en siete juegos rompió una cadena de 11 años sin que los Leones de la Capital ganaran una serie de playoff. La última había sido bajo la dirección de Lázaro Vargas, un triunfo en el Juego 7 contra los Cocodrilos de Matanzas guiados por Víctor Mesa, durante la Semifinal de 2012.
Con otra generación, un equipo joven del cual muchos no esperaban este resultado y la clasificación a los playoffs, volvió a caer el conjunto espirituano. Pero el batazo de Lázaro Fernández, aunque no pudo empatar el partido, demostró que siguen siendo Gallos de pelea, sin darse por vencidos hasta el out final.
Lo que viene
Tras clasificar a Semifinales, Industriales enfrentará a Santiago de Cuba con otra reedición del “clásico del béisbol cubano” a partir del próximo sábado en el estadio Guillermón Moncada. Son otros tiempos, pero no hay dudas de que el duelo entre Leones y Avispas captará la atención de la fanaticada nacional. La otra serie de Semifinales será entre Las Tunas y Matanzas, comenzando el venidero jueves por el parque Julio Antonio Mella.
Sancti Spíritus, que clasificó en el quinto puesto, cerró definitivamente en el sexto lugar de la tabla de posiciones, detrás de los Cazadores de Artemisa, y lograron la clasificación a la II Liga Élite del Béisbol Cubano.
(Foto: Vicente Brito)