Entonces, finalmente comenzará este sábado la “Liga Élite” del béisbol cubano que, por razones obvias, no pocos preferimos llamarla LEBC. Y es que, definitivamente para los innings que vive el pasatiempo nacional de los cubanos, la denominación de “Élite” realmente no llena el vacío que los amantes del béisbol esperan.
Para ser “Élite”, está claro que, como mínimo, cada equipo debería contar con la contribución de los principales jugadores contratados por la Federación Cubana de Béisbol en ligas foráneas; sobre todo los que juegan en la NPB. Como ha ocurrido a través del tiempo, el talento sigue emergiendo y muchos llegan a impactar en la Serie Nacional.
Sin embargo, seis equipos y 32 jugadores, para un total de 192, son demasiados si se pretende “concentrar la calidad” y/o “desarrollar jugadores”. En tiempos donde sobraba el talento a inicios de este siglo, la Súper Liga Cubana de Béisbol se diseñó con la idea de concentrar a los principales jugadores del país.
Los propósitos fundamentales de aquel proyecto que expiró tras cinco ediciones, de 2002 a 2005, eran: preparar a los jugadores que de interés de la Federación Cubana de Béisbol con miras a torneos internacionales. Y, contando con la suficiente afluencia de talento, brindarles a los fanáticos del béisbol un torneo de estrellas al nivel de las Series Selectivas o Copas Revolución de antaño.
Desde mi experiencia en estas últimas dos décadas, puedo decir que disfruté cada una de las ediciones, aunque ninguna fue tan emocionante como la de 2002. Sin duda alguna, sobraba el talento y, aun así, se conformaron sólo cuatro selecciones: Habaneros, Occidentales, Centrales y Orientales.
Para el evento de 2005, se intentó ampliar la cantidad de selecciones, buscando una mayor rivalidad al agregar al equipo campeón y subcampeón de la 44 Serie Nacional, Santiago de Cuba y el Habana, respectivamente.
He aquí un recuerdo de quiénes fueron los campeones:
—I 2002 Equipo campeón: HABANEROS (4 equipos participantes)
—II 2003 Equipo campeón: CENTRALES (4 equipos participantes)
—III 2004 Equipo campeón: ORIENTALES (4 equipos participantes)
—IV 2005 Equipo campeón: OCCIDENTALES (5 equipos participantes)
Volviendo al contexto actual, un rápido análisis de datos podría proyectar cuánta diferencia marcaría la expansión o reducción de la cantidad de equipos:
Promedios de la liga en la 61 Serie Nacional:
—Impacto ofensivo: .296 BA, .377 OBP, .409 SLG, 1.6 HR%, 10.4 K%, 9.7 BB%, 6.1 X%
Proyecciones tomando sólo las estadísticas de los enfrentamientos bateador vs. pitchers entre los 192 jugadores seleccionados para la Liga Élite:
—Impacto ofensivo: .296 BA, .383 OBP, .418 SLG, 1.7 HR%, 12.9 K%, 10.9 BB%, 7.6 X%
¿Hay diferencias notables? El promedio es el mismo, el OBP descendió sólo .006 puntos y el slugging .009. Los jonrones proyectan mantenerse casi intactos, al igual que los extra bases. Las tasas de ponches y bases por bolas son las únicas que sufrirían leves cambios. Entonces, volvemos al mismo argumento: en la situación que vive la Serie Nacional a día de hoy, es imposible sostener una “Liga Élite” donde realmente se concentre la calidad con seis equipos.
De cualquier manera, si has seguido la pelota por muchos años, tienes que haber disfrutado grandes juegos de grandes jugadores, juegos mediocres de grandes jugadores y, por supuesto, grandes juegos de jugadores mediocres. Dentro del campo de béisbol, todo es impredecible.
Así pues, lo que importa realmente no es el nombre de la liga, aunque la definición de “Élite” no sea la apropiada. Los que seguimos a pulso el béisbol, sabemos que la LEBC no contará con los verdaderos peloteros cubanos de élite a día de hoy. Entonces, todo queda a gusto del consumidor.
Por mi parte, que he disfrutado de tanto béisbol de todos los niveles, me conformaría con apreciar la entrega de los peloteros. Que, a pesar de no defender a sus acostumbrados terruños, logren hacer el team work necesario para brindar un buen espectáculo en el terreno de juego.
Sea en la Liga “Élite” o no, los amantes al béisbol cubano lo merecen.
(Foto: Archivos BaseballdeCuba)