Más allá del inning perfecto
—Explorando el potencial del diestro cubano Johan Oviedo, quien sigue intentando aumentar su nivel de dominio.
Cuando veo lanzar a Johan Oviedo, tengo más de una imagen en mi mente. Lo he visto jugando béisbol desde que tenía nueve años y estaba en Cuba, representando a su equipo en el municipio de 10 de octubre.
Años después, comenzó a desarrollarse como uno de los principales prospectos cubanos, haciendo sobresalir su imponente velocidad. Durante su última experiencia en la categoría Sub-15 (2013), dirigido por mi gran amigo Erlys Garrido en el equipo de La Habana que ganó 32 de 36 juegos durante el Campeonato Nacional, Oviedo lanzó para marca de 3-0 y 0.82 ERA. Ponchó a 28 oponentes en 22 innings, arrojando una tasa de 11.5 K/9 y admitió apenas dos dobles como extra bases contra 92 oponentes. Al año siguiente, exhibió marca de 4-1 y 2.30 ERA en cinco aperturas como miembro del staff abridor durante su primer año en la categoría Sub-18.
Puedo decir cuánto han significado sus padres como motor impulsor en su carrera, porque fui partícipe de cuánto se entregaron para que cumpliera su sueño de ser un lanzador al más alto nivel del béisbol. Oviedo no llegó a lanzar en Series Nacionales. Tal vez habría debutado en 2016 con los Industriales de La Habana, como lo hicieron sus compañeros de equipo en la categoría Sub-18, los diestros Jorge Castro y Yoel David Paula. Así que, probablemente por esa razón, los recuerdos más vívidos de la carrera de Oviedo los asocio con MLB y su movimiento reciente cuando pasó de los Cardenales de San Luis a Pittsburg el año pasado.
Desde que llegó a los Piratas, estaba claro que Oviedo recibiría un universo de oportunidades. Después de su primera experiencia cargada de desafíos en Pittsburg, cuando Oviedo lanza aún recuerdo un momento especial que vivió durante una sección de bullpen a inicios del Spring Training pasado.
Oviedo estaba sentado al lado de Rich Hill, quien manejaba una pelota, aconsejándolo sobre cómo lograr un efecto consistente y movimientos más fluidos antes de soltar el pitcheo. La tesis sobre buscar el ajuste para lanzar pitcheos de calidad con mayor consistencia era obvia incluso para quienes no estábamos allí. Si algo ha caracterizado a Hill, de 43 años, ha sido su exitosa carrera de 19 temporadas en MLB.
Llegó a los Piratas este año, su duodécimo equipo en las Mayores, y está lanzando para marca de 4-4 y 4.27 ERA, liderando la liga con 10 aperturas. El secreto de la durabilidad ha sido una de las principales claves de Rich para estar activo a los 43 años, tras asegurar al menos 124 entradas en las últimas dos temporadas. ¿Cómo lo ha logrado? Su experiencia y capacidad física han sido determinantes, aunque la gran clave sigue siendo el impacto de su arsenal de lanzamientos y windups, que llega a incomodar a varios bateadores en el plato.
No tuve el honor de escuchar la conversación entre Hill y Oviedo, pero estoy seguro de que Rich ayudó al talentoso diestro cubano con algunos trucos sobre cómo evadir los swings en Grandes Ligas, donde la velocidad no suele ser el único camino al éxito. Arsenal, quizás pudo haber sido una de las palabras recurrentes, ya que Hill posee un repertorio con el cual aún puede hacer estragos en MLB.
Actualmente, Rich está utilizando con más frecuencia cinco de sus siete pitcheos: curveball (40.5%), bola rápida de cuatro costuras (33.8%), cutter (12.3%), sweeper (9.5%), sinker (2.8%), changeup (0.9%) y slider (0.2%). ¿Curveball, el pitcheo que más lanza? Sí. Y esa tendencia probablemente responda una pregunta frecuente sobre cómo algunos lanzadores pueden dominar con menos velocidad que otros: Rich Hill es uno de ellos, y a sus 43 años, sabe la importancia del spin rate en lugar de la velocidad.
Ese, el giro de la pelota, buscando un mayor spinning, ha sido el arma exterminadora de Rich Hill hace casi dos décadas, la combinación de eficiencia y suspicacia que necesita desplegar Oviedo, quien ha comenzado a exhibir su talento con las oportunidades de obtener un lugar en la rotación de los Piratas. Sin embargo, en el nivel de MLB, las oportunidades pueden reducirse considerablemente si lanzadores prometedores como Oviedo no logran un breakout.
En el caso del diestro cubano, podría decirse que está demostrando su potencial desde y ha progresado en la rotación de los Piratas, pero aún necesita ser más consistente. Hay momentos en los que Oviedo luce imponente, dueño absoluto de la situación, exhibiendo el potencial de lo que puede hacer cuando ejecuta sus mejores pitcheos. Sin embargo, a menudo parece desconectarse de su enfoque, cometiendo ligeros deslices que luego marcan la diferencia entre una joya de pitcheo y una actuación aceptable.
Obviamente, al nivel de Grandes Ligas, son muchos los factores que entran en juego cuando cualquier lanzador intenta tener éxito. Está claro que un pitcher puede controlar solo un mínimo por ciento de sus enfrentamientos contra la oposición, y la principal vía son los strikeouts. Para Oviedo, la posibilidad de ser más ponchador no ha sido explotada como muestra el progreso de sus tendencias: está logrando más swings fallos (27.1% este año, superior al 24.8% de 2022), pero está ponchando menos.
¿A qué podemos atribuirle esa regresión? Sospecho que la clave a estado en el efecto de sus pitcheos durante varios conteos decisivos. Dos de ellos, han sido influyentes en la ligera caída de la tasa de ponches de Oviedo:
Conteo y Porcentaje de ponches
—Después de poner a los bateadores en cuenta de 1-1
2023: 18.6%
En su carrera: 23.3%
—Después de poner a los bateadores en cuenta de 2-1
2023: 20.0%
En su carrera: 24.3%
Indudablemente, creo que esa ha sido la clave en la baja de 2.8% de Oviedo en su tasa de strikeouts: está llevando a menos bateadores a dos strikes en conteos decisivos como 1-1 y 2-1. Una vez que ha conseguido arrastrar a sus oponentes al conteo de 2-2, su efectividad para ponchar a sido la mejor de su carrera con 37.5%.
En todos los sentidos, el conteo y los pitcheos de calidad son decisivos para el destino del lanzador en cada enfrentamiento. Así pues, el primer paso de Oviedo debería ser el trabajo para mejorar la consistencia de sus lanzamientos. Este año, sus tasas de strike al primer pitcheo han bajado 2.4%, y esa misma tasa se ha traducido en la reducción de los swings de sus oponentes.
El pasado miércoles, Oviedo lanzó 5 ⅔ innings con 95 pitcheos, admitió tres carreras limpias y estuvo a un out de apuntarse una salida de calidad contra los Rangers de Texas. Aun así, no contó con apoyo ofensivo de los Piratas y salió derrotado por 3-2. La carrera de diferencia pudo haber estado en el jonrón de Marcus Semien al segundo pitcheo del juego o, si así lo prefieres, el trío de hits consecutivos de Nathaniel Lowe, su compatriota Adolis García y Josh Jung.
Todos pusieron la bola en juego a menos de 83 mph en la velocidad de salida, comenzando por el sencillo al left de Lowe, a solo 74.9. Oviedo atacó demasiado la zona de strike, y ese inicio del juego entregando pitcheos alcanzables fue crucial en su decisión adversa, incluso aunque la principal tanda de los Rangers no logró golpear contundentemente. He aquí la diferencia entre fallar el comando de un pitcheo dentro de la zona de strike, cuando el punto perfecto en no pocas ocasiones debió haber sido algunas pulgadas fuera:
Contra zurdos (en la gráfica de la izquierda), puede notarse el alto por ciento de pitcheos que Oviedo a dejado al centro de la zona de strike, donde le promedian para .404. Algunas pulgadas más abajo, .269, y fuera de la zona de strike, .119. Las estadísticas simplemente nos ayudan a ver tendencias y exponernos probabilidades, pero es razonable esperar que, mientras los pitcheos suelen ser más bajos, al menos contra Oviedo el swing de los bateadores zurdos pierde impacto.
Analizando el cuadro de la derecha (para bateadores diestros), podemos apreciar cómo las perspectivas cambian: los oponentes promedian .400 con pitcheos al centro y bajos en la zona de strike, pero .222 en la parte inferior, .217 ligeramente pegados a la misma altura, y .245 en la esquina exterior.
Lowe llegó a tercera con el sencillo de línea que Adolis roció a 269 ft entre right y center, tras golpear una sinker de 95.7 mph en el centro de la zona. Y luego, Jung agregó un doble al left consiguiendo una curveball baja y pegada en zona de strike. La tercera carrera de los Rangers fue producida con un rodado lento por la inicial de Jonah Heim—impactado a 78.1 mph—, que Adolis aprovechó para zambullirse espectacularmente en el plato, evadiendo el tiro del primera base Carlos Santana.
Los Piratas anotaron par de carreras en el segundo inning, por un rodado a primera de Jack Suwinski con las bases llenas y sencillo de Jason Delay, pero el zurdo Martín Pérez obligó a Chris Owings a entregar un rodado para double play.
El momento más reconfortante, después de todo, fue el cuarto inning de Johan Oviedo. ¿Qué sucedió? Ajustó sus pitcheos, mejoró el comando y aún conservaba las esperanzas de que su equipo pudiera pulverizar la ventaja de una carrera. Contra la tanda de sexto, séptimo y octavo bates de los Rangers, tres bateadores zurdos, Jonah Heim, Robbie Grossman y Josh H. Smith, Oviedo hizo historia al convertirse junto a Néstor Cortés Jr. en los únicos lanzadores cubanos con un inning inmaculado en Grandes Ligas.
Oviedo exterminó a Heim con una curveball en zona alta, y luego combinó changeup y slider bajos, fuera de la zona de strike:
A Grossman le tiró una bola rápida de 97.4 mph en la esquina baja exterior, y repitió slider y curveball en esa misma zona hasta que consiguió un swing sin contacto:
Smith dejó pasar una slider baja al centro en el primer pitcheo. Luego persiguió una curveball que rotó estrepitosamente hacia la zona baja pegada, y terminó sentenciado por una bola rápida de cuatro costuras a 98 mph en la zona baja afuera.
Lo más interesante de Oviedo fueron las mezclas de pitcheos y el contraste de las velocidades, un efecto que a veces parece distante por su sobreuso de la slider en el 41.8%, incluso más que su bola rápida, desplazada a un segundo plano (33.5%). Quizás ese sea el ajuste que necesita: expandir su repertorio para intentar que su estrategia sea más variada. Al nivel de MLB, todos los lanzadores de élite necesitan pitcheos que se separen tanto en velocidad como rotación.
Oviedo ha demostrado que tiene todo el potencial y la juventud suficientes para hacer ajustes, y quizás el inning inmaculado que lanzó durante la tarde del miércoles ante los Rangers se convierta en la inspiración para buscar definitivamente un nuevo nivel de dominio.
(Foto: Johan Oviedo/GettyImages)