Después de un mes de descanso, ¡la columna de Inside BaseballdeCuba está de regreso! Ha sido un mes extraño, sobre todo por tomar una pausa en nuestra cobertura prácticamente diaria. Han pasado muchas cosas en el béisbol y he estado escribiendo, pero comencé un nuevo proyecto personal del cual espero compartir con ustedes para el nuevo año. También me estoy percatando de que Substack ha realizado algunos nuevos cambios en su panel de edición, como de costumbre, haciendo aún más especial cada aspecto importante para el deleite de nuestros lectores. Espero que te mantengas al tanto. ¡Feliz fin de semana!
Liga Élite… ‘¿Élite? ¿Qué élite?’ Esa es la inevitable pregunta que, como a finales del año pasado, se han hecho incontables fanáticos del béisbol cubano. Las razones son evidentes: en términos de “élite”, esta segunda edición de la LEB ha sido funesta.
Basta con analizar los promedios de la liga: se está bateando para .290, con 10.8 carreras por juego y un jonrón cada 68 apariciones al plato. Sí, la ofensiva ha vuelto a predominar, pero ni siquiera se ha conectado para promedio de un jonrón por juego.* En 76 partidos, se han bateado 73 jonrones, mientras predomina la alta frecuencia de 2.2 carreras sucias.
*Las críticas por el bote de la pelota Teammate siguen siendo latentes, pero también es justo decir que escasean los sluggers.
Como es obvio, no puede haber una defensa ni siquiera aceptable con tantos errores diariamente: en la liga se está fildeando para un desconcertante .964. Dos equipos promedian para menos de .960, incluyendo el .946 sin precedentes de Santiago de Cuba (cometieron 53 errores en sus primeros 25 juegos). Y aún no termino con esta vista previa al preocupante tema defensivo, que necesita un análisis más profundo: los lanzadores y receptores habían permitido un 62% de bases robadas en 138 intentos antes de que comenzara la séptima subserie el pasado jueves.
Después de todo este caos, ver a los lanzadores admitiendo efectividad de 4.63 parece la noticia más sorprendente aquí, aunque la mitad de los equipos han debido sostenerse por la contribución del bullpen. Entonces, ¿dónde está la Élite? Esos promedios no reflejan calidad alguna, sino todo lo contrario: derivan en las mismas tendencias que han provocado los bochornosos resultados de las selecciones nacionales en poco más de la última década.
Por supuesto, la baja del nivel en la liga no es nada que sorprenda en lo absoluto. Los aficionados al béisbol cubano lo saben y, aun así, han seguido el desenlace del torneo. En este sentido, el cambio de nombre de los equipos para esta segunda Liga Élite ha ayudado a que los fanáticos se sientan más representados. Al final, aunque el nivel de juego exhibido no ha inspirado como para lograr grandes concurrencias en los estadios durante esta temporada invernal, creo que la “representatividad” es un punto a favor entre tantos elementos en contra.
Definitivamente, entre los principales aspectos de juego, la ineficiencia defensiva ha sido el tema más crítico. El hecho de que hayan aumentado los partidos en horario nocturno flexibiliza la planificación de los entrenamientos, notable ventaja en comparación con la rutina durante la pasada 62 Serie Nacional. Sin embargo, los resultados han estado lejos del rendimiento colectivo que se esperaba. Esto es parte de lo que no pensé encontrarme a estas alturas del campeonato:
Peores promedios de fildeo de jugadores de posición por equipo:
MTZ (POS: 3B): .844
SCU (POS: LF): .852
ART (POS: P): .867
SCU (POS: 3B): .867
LTU (POS: 3B): .885
LTU (POS: LF): .889
*Las estadísticas corresponden a los primeros 72 juegos en la liga, sin contar los de esta subserie que comenzó el pasado jueves.
¿Puedes creerlo? Pues sí: en ese ranking aparecen los jugadores de posición por cada equipo con un promedio de fildeo por debajo de .900. Como puedes detallar, a excepción de los lanzadores de Artemisa, todos los demás fildeadores están ubicados en el lado izquierdo del campo. ¿Estás listo para sorprenderte aún más? Aunque he visto todo tipo de errores en esta debacle defensiva, también me quedé asombrado:
Posición/promedio de fildeo
3B: .903
SS: .941
LF: .935
TOTAL: .929
Sin palabras. Por estos días, cada vez que veo una marfilada defensiva, no dejo de recordar el juego de 13 errores combinados entre Artemisa (4) y Santiago de Cuba (9) el pasado domingo. Las Avispas perdían 10-0 en el final del tercer inning, con más pifias que hits y carreras, pero lograron remontar hasta llevarse el éxito por 13-12 en el final del noveno. ¿Celebrar una victoria tras cometer nueve errores? ¡El béisbol siempre ofrece una nueva oportunidad!
Siguiendo esta reflexión sobre el caos defensivo, hubo más noticias este viernes: los Gallos de Sancti Spíritus, quienes encabezaban la liga en promedio de fildeo (.976), cometieron seis errores en la derrota por 6-1 ante Santiago de Cuba —tres fueron del torpedero Rodolexis Moreno y los otros del cátcher Yadiel Guerra—. Al terminar la jornada, se habían cometido 214 errores en 76 juegos, arrojando un promedio de 2.8 por partido. Sí, las frecuencias son abrumadoras, como también el índice de incidencia: el 77% de los errores han costado carreras. A esos dividendos debemos adicionar otro punto que suena aún más alarmante, y son las imprecisiones que a diario se dejan de anotar.
Desde mi visión, creo que algunos de esos errores son “cuantificables” en términos de Anotación Oficial. Otros tantos, podrían justificarse en jugadas donde influyen las precarias condiciones en los terrenos de juego. Y, finalmente, más allá de los errores físicos, que constituyen una parte inevitable en cada deporte, se asoman los peores deslices posibles: las pifias tácticas. Las ineficiencias que, usualmente, desembocan en situaciones claves tanto a la ofensiva como en la defensa. En esta Liga Élite esas han sido parte de las imprecisiones más frecuentes, y lamentablemente seguirán escapando de las estadísticas.
Hasta ahora, en poco más de la mitad del torneo, el tema defensivo sigue siendo una “misión imposible” para todos los equipos, y aún no hay indicios de que pueda estabilizarse.