Yamichel Pérez: “Lanzar con los Cocodrilos es una de las mejores decisiones de mi vida”
Yamichel Pérez, uno de los zurdos más ganadores de las últimas tres Series Nacionales, conversó con Play-Off Magazine sobre su enfoque en el regreso definitivo con los Cocodrilos.
Entrevista especial para Play-Off Magazine.
Hace apenas un par de temporadas, la vida cambió para el lanzador zurdo espirituano Yamichel Pérez.
El manager de los Cocodrilos de Matanzas, Armando Ferrer, lo seleccionó en la sexta ronda de pedidos de refuerzos. Y así fue como aquella noche del 18 de octubre de 2019 será imborrable para Yamichel Pérez, quien luego resurgió como refuerzo de los Cocodrilos hasta convertirse en el principal lanzador del staff de abridores que se llevó el título nacional.
De una primera fase donde lanzó para marca de 5-3 y admitió efectividad de 4.08, Yamichel dio un viaje histórico junto a zurdos legendarios de las Series Nacionales. Ganó nueve decisiones seguidas con los Cocodrilos, que ubicaron su resultado final en un récord personal de 14-3 y otra admirable distinción histórica: Se ubicó entre los lanzadores zurdos con al menos 14 victorias en una temporada durante los últimos 30 años.
1999—Raúl Valdés, Habana: 15-7
2001—Lemay de la Rosa, Habana: 14-1
2003—Adiel Palma, Cienfuegos: 14-4
2008—Yulieski González, Habana: 15-0
2019—Yamichel Pérez, Sancti Spíritus/Matanzas: 14-3
“Fue una experiencia única”, le dijo Yamichel Pérez a Play-Off Magazine, recordando aquella 59 Serie, donde también fijó récord de 8-0 en Segundas Fases, honor que le pertenecía a otro yumurino, el diestro Joel Suárez (2013).
Sobre sus perspectivas y el regreso definitivo con los Cocodrilos, la difícil experiencia en la pasada campaña bajo la amenaza de la COVID-19 y cada sueño que aún intenta hacer realidad, Yamichel Pérez conversó con Play-Off Magazine y no dejó de lanzar strike ante cada pregunta.
¿Cómo te sientes en esta fase de entrenamiento a sólo un mes de la 61 Serie Nacional?
Hasta este momento del entrenamiento, pienso que hemos hecho buena preparación. Ya yo llevaba dos meses en las prácticas porque como sabía que tenía previsto un contrato para Nicaragua, pero al final no se pudo concretar el viaje. Con ese tiempo ganado de entrenamiento, donde hice buena preparación física más la que hemos tenido ahora que ha sido especial, me siento preparado.
¿O sea que, estarías listo si la 61 Serie Nacional comenzara este próximo domingo?
Sin dudas. Pienso que sí, y como mismo estuve hablado con el profesor Jesús Salgado (Coach de Pitcheo de los Cocodrilos) cuando me preguntó cómo me sentía, yo le dije que por mí ya la 61 Serie podía empezar, porque estaba física y mentalmente preparado para lanzar. Quizás, aún no estaría listo como para caminar siete y ocho entradas, pero ya me sentía bien.
¿Cómo sientes que está fluyendo tu mecánica en esta etapa de preparación?
Percibo una buena coordinación de todos mis movimientos. Me siento muy bien y creo que sí, que hasta este momento, faltando menos de un mes para la competencia, estoy súper bien y creo que en el restante mes que falta, podré lograr coger la capacidad que aún necesito para estar al 100% cuando empiece la Serie Nacional.
Después de tanta espera, ya has podido unirte a los Cocodrilos, ¿Qué sentiste cuando sabías oficialmente que los Gallos te habían liberado?
Esa fue una buena noticia que me puso muy contento porque, como todos saben, Sancti Spíritus fue mi equipo durante 14 años. Fueron 12 Series Nacionales oficialmente con los Gallos, es mi provincia de nacimiento, pero me sentí muy bien jugando aquí con este equipo de Matanzas. Quería regresar con los Cocodrilos. Ya yo había pedido la liberación a mediados de la pasada 60 Serie Nacional, y el día que me dieron la liberación me sentí muy feliz porque vine para este equipo con varios objetivos. Vamos a enfrentar una Serie Nacional que espero que todos los resultados salgan bien y vine aquí a luchar por eso.
Muchos fanáticos de Sancti Spíritus han respetado tu decisión, sobre todo por la entrega que siempre tuviste con los Gallos. ¿Qué mensaje le dejas a todos?
Pienso que al final vamos a jugar en Cuba, no pedí la liberación para irme a otro lugar. No traicioné a mi provincia. Solo quise venir a jugar a este equipo y al final, voy a sentir por el béisbol la misma pasión como si estuviera jugando allá. Ahora la responsabilidad es defender la bandera de los matanceros como si fuera la mía desde el principio, y pienso que todo va a salir bien. Sé que, al final, todos los objetivos se van a lograr. Los objetivos míos con el equipo, los míos personales, pienso alcanzarlos porque estoy bien enfocado en todo lo que se me está presentando en los entrenamientos, y creo que todo va a salir bien en el próximo año.
Entonces, ¿se mantienen todas tus perspectivas, tanto deportivas como personales?
Quiero decir que primeramente me sentí como he dicho muchas veces, súper bien con este equipo de Matanzas, especialmente con el director Armando Ferrer, quien me ofreció mucha confianza desde el entrenamiento hasta la hora de lanzar. A veces no tengo ni que hablar, ni que mirar, porque la comunicación fluye al instante. Siempre sé que pase lo que pase, mis entrenadores y compañeros tienen confianza en que yo voy a salir adelante en la situación que esté. Y eso me transmite mucha confianza. También me gustó esta provincia para todo: Para practicar mi deporte favorito, el béisbol. Para vivir. Para todas las cosas en general, y creo que esa fue una de las decisiones que me hicieron venir hacia acá.
Siempre has comentado que la familia también te apoyó en tu decisión, un impulso fundamental para cualquier deportista. ¿Ha sido así en todo el proceso?
Mis padres también se sintieron satisfechos con todo lo que me pasó aquí en Matanzas, y también me apoyaron a la hora de tomar esa decisión. Personalmente, creo que ha sido una de las pocas decisiones que he tomado sin tener que pensarlo mucho. Venir para Matanzas me va a hacer muy bien. Como te expresé antes, la confianza que me han dado aquí ha sido parte de mi gran combustible para salir adelante.
La aceptación de la afición fue electrizante en aquella Segunda Fase de la 59 Serie Nacional y luego en los playoffs, ¿te hace sentir un Cocodrilo de siempre?
La afición de aquí me encanta. Siempre he admirado eso de las ligas profesionales y te puedo decir que estos fanáticos de Matanzas se asemejan mucho a ellos. Al fervor y el respeto que sienten los seguidores, al fanatismo por su equipo, al ambiente que se vive dentro y fuera del estadio, y eso siempre me ha gustado. Cada uno de esos detalles me inspira a querer lanzar en estadios como este de aquí, donde el público que recibe bien a uno, y eso me satisface como deportista. Sentir ese ánimo nos da un poco más de apoyo a la hora de salir a defender al equipo. Y creo que todas esas cosas, todos esos poquitos, también hicieron que yo tomara la decisión de venir a Matanzas.
¿Es cierto que hubo una importante historia de amor que te cautivó?
Definitivamente. Tengo una novia aquí. Me casé con ella y vine para acá a vivir juntos. Hasta ahora todo ha ido muy bien y espero en un futuro poder traer a mi familia con nosotros. Ese es otro sueño que también me gustaría lograr. Estaré aquí, pero sé que siempre voy a tener las raíces mías por allá, en Sancti Spíritus. Todo lo positivo está en mi corazón, y por eso fue que tomé esta decisión de venir para Matanzas.
En los últimos tres años has sido el segundo zurdo más ganador en la Serie Nacional, con 27 éxitos, por detrás del tunero Yudiel Rodríguez, quien acumuló 28. Tu gran año de 14 victorias en la 59 Serie fue clave, pero en la pasada campaña no estuviste a la misma altura. ¿Qué tan difícil fue lanzar el año pasado en medio de la pandemia? ¿Cuánto influyó la restricción del tiempo de preparación?
Puedo decirte que fue más difícil de lo que yo pensé, porque sí estuvimos todo el tiempo cada cual preparándonos en casa a pesar de todo lo que estaba pasando. Después cuando nos concentramos, fueron seis semanas de entrenamiento y para un lanzador eso no es suficiente, porque hay que preparar muy bien el brazo y todo el cuerpo en general para poder tener buen rendimiento. Creo que esas seis semanas influyeron mucho en lo que sucedió después.
¿Para el momento de la concentración con los Gallos, ya te habías recuperado de las molestias que tuviste en el brazo?
Después que empezó la 60 Serie, todavía no me había recuperado bien del brazo. Como bien se conoce, tuve una lesión terminando el Playoff de 2020 con Matanzas, y el brazo no se me recuperó lo suficiente. Fue bastante complicado para mí asumir el volumen de la Serie Nacional, al punto de que estuve toda la campaña con esa incomodidad. Pasé mucho para recuperarme, porque me sentía esa articulación ahí muy inflamada y pasé mucho trabajo con eso. Fue un momento difícil en el que tuve que reflexionar porque se unieron varias cosas, debí fortalecerme y seguir, y creo que di lo mejor.
Aparte de lanzar como refuerzo con aquel gran equipo de Matanzas que ganó el campeonato en 2020, ¿cuáles crees que hayan sido las claves de tu hermético aporte para fijar récord de 9-0?
Te puedo decir que fueron muchas cosas, aunque yo desde que vine con Sancti Spíritus no contaba con el factor suerte de mi lado, como decimos los lanzadores, porque dejé cinco juegos con ventaja y no pude ganarlos. Si al menos la mitad de ellos hubieran sido victorias, Sancti Spíritus hubiera clasificado directo, sin jugar la Serie de Comodines, y yo no hubiese quedado campeón con Matanzas. Por eso a veces decimos que lo que sucede conviene. Entonces, puedo recordar que primeramente fue una gran preparación que hicimos ese año con nuestro entrenador de pitcheo, Ismel Jiménez, quien me ayudó también mentalmente con muchas cosas que me habló. Como muchos saben, Ismel ganó muchos partidos y tuvo una gran carrera desde el box. Habló cosas con nosotros los lanzadores que, ciertamente, muchos de nosotros aún necesitábamos aprender y saber, como hasta ahora mismo las necesito. Creo que desde ese momento vino el éxito. Al llegar aquí a Matanzas, me preparé bien. Me entregué y le puse el extra para asumir el reto de lanzar con los Cocodrilos, uno de los equipos que estaba liderando la tabla de posiciones.
¿Cómo ha sido la confianza y la comunicación con tu manager Armando Ferrer, el cuerpo técnico y los jugadores en Matanzas?
Ahí creo que está la mejor parte de todas: Que con cada jugador me siento como si hubiéramos jugado toda la vida juntos. Me siento sumamente bien y tranquilo con ellos aquí, como si fuera la familia de mi propia sangre. Así sucede con los entrenadores. Con Ferrer, ha sido increíble. He tenido otros directores que han sido así tranquilos a la hora de dirigir y en todo momento, pero él es uno de esos que transmiten mucha confianza dentro y fuera del terreno. Le comunica mucha confianza a cada jugador y al grupo en general, y creo que esa es la clave de que este equipo pueda producir más y logre ser más efectivo. Nunca, en ningún momento, Ferrer quiere ser el protagonista del juego. Él deja que los protagonistas sean los jugadores y creo que esa es una de las claves que también hace que el equipo sea más consistente en las victorias.
Nunca te has caracterizado por contar con una gran velocidad, pero sí has mejorado cada año tu control y la calidad de tus lanzamientos. En las últimas tres temporadas, apareces como el segundo lanzador zurdo de mejor efectividad (3.33) y acumulas la 12da tasa más baja de bases por bolas (2.4%) entre 106 lanzadores calificados. ¿En qué sientes aún que debas trabajar, a pesar de varios años de experiencia?
Siempre desde jovencito me lesioné mucho y por eso fue que cada año iba perdiendo un poco de velocidad, pero creo que tirar duro nunca ha sido mi fuerte. Mi enfoque está en el control. Desde pequeño siempre escuché que había que tener control. Y que el lanzador de control era ganador, y más si era zurdo. Creo que fui creando esa habilidad y esa coordinación para siempre estar atacando la zona de strike. Cuando hay que lanzar fuera de la zona de strike lo sé hacer, pero siempre me gusta buscar el contacto con el bate, que el bateador ponga la bola en juego. No soy como los lanzadores que dependen y piensan en ponchar. Ese no es mi enfoque, no me gusta. En nuestra pelota, mientras más ponches propines, pierdes más lanzamientos. Por eso siempre busco tratar que el bateador golpee, pero nunca con comodidad, claro está. Y creo que en ese sentido aún falta más trabajo. Cada día estoy pensando antes de dormirme, camino al estadio, en fin, a toda hora, siempre estoy pensando en conocer a todos los bateadores. Por ejemplo, hago una valoración de cómo me fue con cada lanzamiento. También cómo me fue en un turno importante contra determinado bateador, cuáles son los picheos que le hice aunque haya pasado un año, porque sé que me voy a enfrentar contra ellos otra vez. El que me bateó jonrón, repaso con qué lanzamientos lo hizo, uno por uno, cómo se desarrolló ese turno, para estar listo.
En ese afán de preparación, a menudo una asignatura pendiente para muchos lanzadores en el béisbol cubano, ¿cuánto valoras la anticipación, esa gran ventaja que podría girar varios retos a tu favor?
Me gusta pensar para cuando lleguen las situaciones, no que me tomen de sorpresa. La idea es poder salir y que me hagan el menor daño posible. Creo que es ahí donde debo seguir mejorando más, a la hora de analizar cómo puedo salir victorioso de los enfrentamientos míos contra los bateadores. Son muchas repeticiones y situaciones, por eso hay que estudiar. Y creo que cada vez que vaya a lanzar quiero mejorar más. Pienso en atacar la zona de strike, y quiero confiar más en mis lances en todo momento en el conteo que sea, siempre con confianza. Y te digo, confío mucho en todos mis lances, en todos. Yo confío 100% en que la estoy tirando en la zona de strike, nunca dudo ni un segundo en que va a ser bola. Creo que sí, siempre hay que mejorar esa efectividad, y no se puede descuidar porque entonces vendría un fallo costoso y habría que hacer ajustes. Me gusta estar siempre al 100% de lo que estoy haciendo y confiado que va a salir bien. Pero siempre trato de mejorar, me concentro mucho en los entrenamientos. A veces me llaman, y no me gusta desconcentrarme, no me gusta reírme o estar hablando mucho en los entrenamientos porque esas son distracciones contra las que uno debe trabajar también.
¿Cuáles fueron los mejores recuerdos que dejaste con los Gallos?
Mi mejor recuerdo con el equipo de Sancti Spíritus fue compartir con grandes jugadores como los Gurriel, con Frederich Cepeda, Eriel Sánchez, entre otros, y aprender cosas que todavía sigo perfeccionando y poniendo en marcha. Creo que haber sido parte de esa generación, fueron bonitos recuerdos. También pude ir a muchos Playoffs, compartir con ese equipo que era como una familia, todos nos llevábamos muy bien. Son muchos recuerdos.
¿Qué sensaciones te vienen a la mente de tan solo pensar que en 2022 podría tocarte lanzar contra ellos?
Imagínate… Sobre lanzar contra los Gallos, sería un reto único. Creo que me gustaría asumir esa responsabilidad cuando me toque, por dos cosas fundamentales: Una, que ellos van a hacer su trabajo, querer ganarme, como es lógico. Y, bueno, yo también voy a querer hacer mi parte. Es el único equipo al que nunca me he enfrentado en Series Nacionales. Quiero tener una decisión contra ellos y, obviamente, que sea una o varias victorias. Dos: Hay otra razón y es la que siempre quise y no lo pude conseguir, que fue enfrentarme a los Gurriel o a Cepeda. Cuando se mudaron para La Habana y pasaron a jugar con Industriales, entonces me tocó lanzar como refuerzo bajo la dirección de Javier Méndez.
Por supuesto, después de tantos años juntos, ¿tenías una idea de cómo enfrentarlos a todos, verdad?
Claro, siempre me imaginé cómo lanzar en contra de Frederich Cepeda, Eriel o los Gurriel, por citar algunos ejemplos de los principales bateadores del equipo en aquellos años. Por eso, no importa lo que suceda en el terreno de juego, porque sé que será un espectáculo. Simplemente, quiero pasar por esa experiencia para decir que le lancé a uno de los mejores bateadores de Cuba. Ya tuve una experiencia contra Cepeda, en una preselección del equipo Cuba, y me bateó jonrón, pero eso fue entrenamiento y no es oficial. Sé que será especial la sensación de sentir la presión como que él (Cepeda) no le tira a los lanzamientos malos, y a mí no me gusta lanzar fuera de la zona de strike. Quiero sentir esa sensación de enfrentarme a él en un partido oficial para que me quede ese recuerdo.
¿Un mensaje para la afición que te acogió con tanto respeto y afecto tanto en Sancti Spíritus como en Matanzas, ahora que es probable el regreso a los estadios tras el azote de la COVID-19?
Ante todo, a la gran afición espirituana, quiero agradecerles el apoyo en todo momento, cuando lo hice bien o cuando fallé en algo. He tenido la suerte de ser un lanzador al que la afición siempre ha acogido con respeto y cariño. Quizás sea por mi manera de ser, ya que siempre disfruto el juego y me entrego 100%. A ellos, mi eterna gratitud. Y a los seguidores de Matanzas, también quiero dejarles un mensaje especial. Quisiera vivir de nuevo el sueño de lanzar ante esa fanaticada especial de los Cocodrilos. Ver cómo se ponen de pie en las gradas, a veces para pedirnos el tercer strike y ese último esfuerzo en busca del éxito. Creo que eso me da mucha energía y apoyo. Me he sentido muy orgulloso de eso, y le doy gracias porque sé que lo van a seguir haciendo, porque esa es la naturaleza de esta afición, siempre estar pendientes de los resultados de cada uno de sus jugadores. También quisiera pedirles, que al menos en el primer juego que yo lance en el Victoria de Girón en esta venidera serie, los aficionados que puedan tengan algo rojo en su ropa. Eso me haría feliz.
Es mi color favorito y el color que predomina en el equipo. Y la razón por la que les pido esa iniciativa, la diré cuando termine el partido. Haré todo por ganarlo.
Hay una razón importante para mí que quiero lograr mantener mientras lance en el Victoria de Girón, además de que quiero dedicarle esa primera salida al box a alguien muy importante en mi vida, y también el color rojo es su favorito. Esperen lo mejor de mí, voy a luchar por cada éxito.
(Foto: Yamichel Pérez/CubaSí)