Yasmani Grandal está demostrando por qué es parte de la élite entre los cátchers de su generación
La presencia de Grandal en el lineup sigue siendo un apreciable valor agregado entre experiencia y calidad que fortifica la ya poderosa complexión de los White Sox
Yasmani Grandal volvió a probar el poder de sus muñecas con otro estallido salvaje de su swing.
El cátcher cubano de los White Sox entró este sábado de 6-0 en Kauffman Stadium esta temporada, y de 15-1 contra los lanzadores de los Royals de Kansas City. Diez de esos 14 fallos fueron por la vía de los strikes, pero siete pitcheos después esa historia cambió: En cuenta de 3-2, Grandal aplastó una sinker del zurdo Daniel Lynch, y produjo una bomba que explotó a 425-ft por el centerfield.
Después de un enorme jonrón de su compatriota Luis Robert a 452-ft por el jardín central, el flyball panorámico de Grandal puso el juego 3-0 a favor de los White Sox en el mismo primer inning.
Con apenas un swing, Grandal borró la sequía que tenía de 6-0 en Kauffman Stadium esta temporada, produciendo su 19no jonrón antes de irse de 3-3 con cuatro empujadas en el éxito por 10-7 de los White Sox. Pero el punto impresionante aquí va incluso más allá de que Grandal ha bateado cinco de esos 19 estacazos de vuelta completa en sus últimas 22 veces al bate tras su regreso de la lista de lesionados.
La historia sobresaliente viene impulsada por su capacidad para batear jonrones y obtener bases por bolas, dos de los principales “resultados verdaderos”: Desde 2015, Grandal es el único cátcher con al menos 100 jonrones, 400 bases por bolas y 250 extra bases en todas las Grandes Ligas.
¡Ha estado a otro nivel!
Considerando el desgaste al que están expuestos los receptores titulares en MLB, la consistencia de Grandal toma aún más valor.
Con sus dos jonrones este sábado, el cátcher venezolano de los Royals, Salvador Pérez, extendió su récord a 40 bambinazos esta temporada y, al mismo tiempo, se ubicó como el receptor de MLB con más vuelacercas desde 2015 a la fecha:
Sin embargo, Baseball-Reference.com también nos recuerda que, en ese Top-5, Grandal va segundo, pero tiene mejor frecuencia (un HR cada 17.4 veces al bate) y también combina una inigualable habilidad entre los receptores de esta generación: Puede mezclar el poder de élite con su acostumbrada disciplina en el plato.
El rival más cercano a Grandal en OBP es Realmuto, pero esos .022 puntos de diferencia están bien lejos de mostrarnos la asombrosa ventaja del cátcher cubano: Realmuto ha registrado 223 bases por bolas desde 2015 y Grandal… ¡446! ¡Sí, exactamente el doble de sus caminatas!
Simplemente, extraordinario. Épico. Único. Eso, único.
“Nos alimentamos unos de otros”, dijo Grandal sobre la implacable ofensiva de los White Sox, que se ubica con el segundo OBP (.334) más alto en todas las Grandes Ligas. “Definitivamente estamos cazando. Nos aseguramos de seguir montando esa ola lo más alto que podamos. Cada vez que hacemos eso, suceden cosas buenas”.
Desde el pasado 27 de agosto, cuando Grandal regresó al lineup titular, los White Sox lideran la MLB con .383 OBP y exhiben .513 slugging, el más alto de cualquier equipo en la Liga Americana. Esa explosión ofensiva y el trabajo de Grandal detrás del home han contribuido al éxito de los White Sox en cinco de sus siete decisiones.
Ahora Grandal está bateando .545/.633/1.318/1.952, con par de dobles, cinco jonrones y 15 RBIs en sólo siete partidos tras salir de la lista de lesionados. Obviamente, mantener ese ritmo le será casi imposible cuando se acumulen sus veces al bate en lo que resta del mes. Sin embargo, la presencia de Grandal en el lineup sigue siendo un apreciable valor agregado entre experiencia y calidad que fortifica la poderosa complexión de los White Sox.
(Foto: Yasmani Grandal/Getty Images)