¡Feliz cumpleaños, Yan!
Dedicando un merecido homenaje a mi amigo Yan, “yankista” por excelencia, aunque, sobre todo, un apasionado del béisbol.
Cuando pienso en el béisbol, a menudo, siento como si todos mis recuerdos se conectaran en un segundo, al ritmo de esos jonrones que nos levantan de los asientos o la más electrizante jugada de double play. Y luego, sólo puedo dar gracias a Dios por todos los momentos agradables y las grandes personas que he conocido a través del béisbol.
Uno de esos amigos especiales, está de cumpleaños este domingo, mi estimado Yan.
Sí, bueno, sonará a juego de palabras, pero es real: Yan, como le digo a Yanquiel, parece un nombre perfecto para ser fanático de los Yan(kees) quienes, ¡rayos!, están pasando por un momento bastante desagradable ante los Astros de Houston.
Aun así, mi amigo Yan no ha perdido las esperanzas como orgulloso “yankista” que es. Pero lo más interesante incluso en este tiempo terrible si eres fanático de los Yankees, es cómo Yan disfruta el béisbol sin límites: también adora a los Filis, y es seguidor de Bryce Harper, quien está teniendo una digna postemporada de MVP.
Así pues, aunque los Yankees ni siquiera lleguen a la mitad de la carrera por el título de la Liga Americana ante los imbatibles Astros, Yan va estar feliz, porque aún le sobran las razones para sonreír. Además, tiene la esperanza, como muchos cubanos, de ver brillar a Néstor Cortés Jr. este domingo en el Juego 4 de la ALCS.
Cuando lanza Nasty, Yan siempre tiene un mensaje, una pregunta interesante o, como solía suceder cuando nos conocimos a través de las Redes Sociales—en la “Era de los Wifi en Cuba”, mucho antes de que se expandiera el uso de datos móviles—, innumerables informaciones valiosa.
Esa conexión especial, a pesar de la distancia, ha consolidado una gran amistad entre nuestras familias. Este año, cuando Yan y su esposa Anie nos visitaron en La Habana, parecía como si nos hubiésemos conocido hace varios años. Todos somos de la misma generación, de mediados de los ochenta, lo cual nos hace traer una y otra vez vívidos recuerdos de nuestras infancias y, ¡por supuesto!, a Yan y a mí, del inolvidable béisbol en los años noventa.
Creo que, de alguna manera, a todos los amantes de la pelota nos sucede: estamos atados para siempre a nuestros primeros recuerdos de béisbol.
Cuando Yan me comentó que había crecido disfrutando juegos de pelota en el municipio de Boyeros, me pregunté cuántas veces pudimos a ver estado viendo el mismo partido, por ejemplo, en el estadio Manuel “Piti” Fajardo, terreno de béisbol que pertenece al icónico Hospital Psiquiátrico de La Habana.
Entre 2004 y 2015, cubrí el béisbol provincial y juvenil en incontables fines de semana. Cuando Yan me escuchó, se quedó sorprendido, pero, como le comenté: “esa es parte de la magia del béisbol, que tiene la capacidad de unirnos en cualquier escenario”.
Así que estoy infinitamente feliz por haber conocido a Yan, y apreciar su amistad a lo largo de estos años. Más allá de haberse convertido en uno de mis fieles lectores, lo considero otro de los hermanos que me ha regalado la vida y el béisbol. Como le dije a mi esposa Ruth hace poco: “cuando hablo con Yan, cuando compartimos nuestra pasión por el béisbol, siento la misma conexión que solía sentir con mis amigos de la infancia”.
En otras palabras, el hecho de no habernos conocido antes, pasa desapercibido cada vez que revivimos nuestras memorias beisboleras. A menudo, eso me hace recordar a mis amigos de la infancia: Alberto Prendes, Ernesto Govín, Yadin Ayala, Denys Pérez, Oscar García, Yasser Gómez, Alejandro Alpízar, Reynel Valdés, Fernando Pérez, Giordano Borrayo, Raidel Zaldívar, sin olvidar a mi manager de siempre, el gran Israel, entre otros que conformarían una lista interminable.
A ti, Yan, que hace tiempo eres parte de mi team ideal de amigos del béisbol, te agradezco tu tiempo, tu amistad. Pero, sobre todo, el impulso que me profesas junto a otros dedicados lectores. Tal vez cada uno de ustedes, cuando llegan día a día hasta este boletín, no imaginen lo feliz que soy por intentar alegrar sus días con cada perspectiva alrededor de nuestro pasatiempo favorito.
Esa ha sido mi principal razón: que todos disfrutemos aquí, como si estuviéramos compartiendo en un estadio de béisbol.
No sé si los Yankees ganarán esta noche—sí, la barrida de los Astros parece ineludible—, pero estoy seguro de que habrá suficientes razones para que mi amigo Yan sea feliz junto a su familia. Además, los Filis y Harper están a un paso de la Serie Mundial.
Cuando amas el béisbol, siempre hay razones para alegrarte: ¡Feliz cumpleaños, Yan!
Mi hermano, no hay palabras que puedan describir los sentimientos que despiertan en mi tus letras (que no merezco) sobre mi. Gracias hermano mío!