Dedicando un merecido homenaje a mi amigo Yan, “yankista” por excelencia, aunque, sobre todo, un apasionado del béisbol.
Mi hermano, no hay palabras que puedan describir los sentimientos que despiertan en mi tus letras (que no merezco) sobre mi. Gracias hermano mío!
Mi hermano, no hay palabras que puedan describir los sentimientos que despiertan en mi tus letras (que no merezco) sobre mi. Gracias hermano mío!