Esta es la historia de un jugador fantástico que cautivó nuestros corazones mucho antes de partir al estrellato… a la inmortalidad.
Él tenía una de las sonrisas más contagiosas del béisbol, y sabía utilizarla con su inigualable carisma sobre la colina. Era poseedor de una bola rápida intratable —que podía rozar las 100 mph—, y una slider zigzagueante com…